Las proyecciones sobre la sanidad pública asustan. En 2020, el gasto que se prevé alcancen las comunidades asciende a 135.000 millones de euros. Un total de 60.000 millones no tendrán la financiación asegurada.
Habrá una carencia de 20.000 médicos en toda España y los costes de los tratamientos se dispararán, mientras uno de cada cinco españoles tendrá más de 65 años. Con estos datos, la Fundación de Estudios de la Economía Aplicada (Fedea) y la consultora McKinsey presentaron una propuesta que evite el colapso de un sistema que consideran 'insostenible'.
Los expertos de estas organizaciones, capitaneados por el catedrático Luis Garicano, del London School of Economics, consideran que, en primer lugar, se deben introducir "mecanismos de corresponsabilidad". Esto es, sistemas de copago, a los que eufemísticamente denominan como "ticket moderador del consumo en atención primaria y urgencias".
Siguen así la estela de otros países que han reducido la atención médica en torno al 10%. La cátedra de Fedea y McKinsey plantea que esta financiación compartida incluya criterios de proporcionalidad y que se exima a los enfermos crónicos. Eso sí, el coste en urgencias debe ser superior al resto.
'Hiperfrecuentación'
El informe alerta del uso abusivo que hay en España del Sistema Nacional de Salud, que ha provocado que actualmente el agujero ascienda a 11.000 millones de euros. "Hay una hiperfrecuentación o sobreuso", señala el informe. El número de visitas médicas por habitante es un 40% superior a la media de la eurozona y una de cada tres visitas se tilda de innecesaria. Los autores defienden la sanidad universal, pero reclaman medidas de mesura.
Así, señalan que en un país de bajos precios farmacéuticos, el gasto per cápita de esta partida es superior también en un 40% a Bélgica, Dinamarca y Portugal. Los autores del informe no ven más salida que la de revisar el pago farmacéutico, con un sistema "de contribución variable", que tenga en cuenta la gravedad del enfermo y la necesidad del fármaco.
Otro aspecto que defienden es que se incorporen mejoras de I+D a la Sanidad. Señalan que los índices de eficiencia de los hospitales españoles no han mejorado desde el año 1995, a pesar de los avances que se han producido. Eso sí, recomiendan calibrar de forma más adecuada la relación coste-beneficio de cada mejora que se quiera adoptar.
El coste de los tratamientos oncológicos, por ejemplo, se prevé que pase de 20.000 a 70.000 euros en la próxima década. Otra de las áreas a fomentar es la mejora en la transparencia del trabajo médico, que permita evaluar virtudes y vicios del sistema.
El informe postula la autonomía de gestión de los centros médicos, con un esquema de incentivos para profesionales. Como señaló Garicano, el cambio de modelo sólo será posible si parte de la 'implicación' de los profesionales del ramo.
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